Un soplo de aire fresco llegó a Madrid con la venida de
Jesús, el sábado a eso de las 11.00. Poco tardó nuestro invitado de honor en soltar su hatillo y ponerse con Juanmi a explorar el centro de Madrid: La puerta del Sol, el kilómetro cero, Plaza Mayor, La colegiata de San Isidro, el Congreso y algún que otro
importante descubrimiento... Todo esto antes de comer, porque esa misma tarde se habían planeado manifestaciones chungas. Por ello toda la ciudad estaba pendiente de que se liara
la gorda, especialmente el centro. Tanto es así que Gallardón recurrió a sacar a sus fuerzas más especiales... Los Caballeros del Zodiaco. Aunque allí, en la misma Plaza de España había una vieja a la que no le importó robarse dos bolsas de aceitunas en la misma cara de la Ley. En fin, que al final nos juntamos los tres y emprendimos la segunda parte del día...
Después de comer en
El Museo del Jamón vimos la Plaza de España y nos dirigimos a los jardines Campo del Moro y aprovecharon para hacernos el reportaje de la moda de Otoño para el Cortinglés. Qué risas, chaval.
La humedad nos echó y fuimos a la Almudena a echaros unos
rezos y a ver el Palacio Real (por fuera). Cuando terminamos descubrimos que había una especie de jardín o monumento marcado en el mapa que aún no habíamos visto. Movidos por la curiosidad decidmos ir a mirar y nos encontramos con esto...
¡Un templo
egipcio en medio de Madrid!
El templo de Debod, un
regalo a España en los años 60. La luz del atardecer y nuestra sorpresa por el descubrimiento fueron los padres de esta genial foto del maestro
Juanmi.
La curiosidad nos mantuvo entusiasmados hasta que recordamos que rondábamos los 2 grados y que teníamos que comprar las entradas para
Negone, así que cogimos el metro hasta el Bernabéu, ya que Jesús tenía unas ganas tremendas de verlo, así que llegamos a los aledaños del campo, a 3 horas del partido
España-Suecia...
Aunque en el video no se pueda apreciar todo,... menudo ambientazo : luces, hinchas, la marea roja, cervezas, calimochos, suecas, borrachos, suecas borrachas, bocinas, tambores, cánticos, bufandas (
¡Esto es España!), banderas,... Un éxtasis social que nos dejó perplejos. Alucinante. Tras dar una vuelta de media hora encontramos
Negone, en la
calle del Capitán Haya, pero nos hicieron esperar hasta el día siguiente, así que volvimos a casa.
Allí Jesús completó el ritual sagrado de pegar su pieza de puzzle y después decidimos comprar unos showarmas, buscarnos algo de picoteo, un té y unas historias y nos pusimos a ver el partido, en casa. Estábamos reventados y no había cuerpo para hacer alguna trastada nocturna más. Por lo tanto decidimos descansar.
Negone nos esperaba al día siguiente.
Desayunamos en un Dunkin Donuts (of course) y pusimos rumbo a nuestro destino. Bueno ¿y qué es eso de
Negone? Simplificando mucho es una especie de video juego llevado a la realidad, en el que te metes en el papel de un preso que quiere escapar de una prisión futurista y para ello debes de superar puzzles y algunas pruebas físicas. Parafernalia tecnológica y ambientación detallada. Echamos en falta algo más de movimiento (y equivocarnos menos), pero pasamos un rato agradable. Almorzamos una fanega de macarrones con atún y nos fuimos a
Colón, y de ahí a Atocha, donde hace ya casi cuatro horas que nos despedimos de Jesús.
Resumir así estos dos días es un poco injusto, porque han sido muy divertidos y sorprendentes para los tres, no sólo para este pedazo de invitado, al que tenemos que agradecer tanto los buenísimos ratos que hemos pasado juntos como el cargamento de provisiones que nos ha traido y de
delicias que acariciarán nuestro paladar. Un
abrazo fuette pa Esú y esperamos veros a los demás por aquí muy pronto, que Jesús podrá corroborar que tratamos muy bien a nuestros invitados :) (algunos ya habéis comprado el billete y todo, jaja) ¡Hasta huevo!