martes, 27 de mayo de 2008

Unos trencas haciendo el drácula

Gozar: Tener gusto, complacencia y alegría de algo

- Nieto, yo fui quien estornudó sobre Las Meninas.
- Anda abuelo, tú rayas.

A partir de aquí comenzó el desbarajuste. Sólo unas horas antes Álvaro y Juanma aterrizaban en la T2 con sus maletas Paeki pero sin un bote de desodorante que fue destruido (literalmente) en Málaga. Entonces unas tapas: patatas bravas, patatas matutano, patatas con alioli y chetos pelotazo (patatas)... Una introductoria cena que condujo a una solitaria e improvisada cena en casa donde, con la tontería, nos pusimos como el Quico. ¿El postre? La colocación de la pieza de puzzle de Juanma (Álvaro vino huérfano) que nuestros invitados gozaron hasta el éxtasis.

- ¿Cómo hablarán los jóvenes en el futuro? [...]
- No veas cómo mola... ¡está to mortadela!
- ¡Un futuro dominado por la industria charcutera! ¡Tope Chope!
- ¿Te imaginas a todos los niñatos diciendo eso? ¿To los trencas diciendo tope chope?
- Jajaja, yendo por ahí haciendo el Drácula...

Pues aquel par de trencas (tres en realidad) le dieron una patada a la RAE esa noche, inventando nuevos términos para una jerga no muy distante en el futuro... y así, con las camas muy juntitas y con mucho amor se rindieron en los brazos de Hypnos, del que se verían privados las noches venideras...

El primer madrugón no provocó heridas graves. Si acaso unas legañas que no dejaron de ser frotadas durante toda la mañana en el Museo del Prado donde volvimos a gozar ahora con la luz de Rembrandt, el brillo de Rubens, el genio de Velázquez, la oscuridad de Goya, el desatino de El Bosco, el colorido El Greco, los paisajes de Claudio de Lorena,... una nueva forma de enfocar el Prado del que salimos muy satisfechos por la intensa velada, pero con mucha hambre...

Y fue en el restaurante hindú donde, ya de nuevo con Warmy (que estaba "en sus trapicheos") degustamos otro tipo de arte. Una orgiástica revolución gustativa por los exóticos sabores de los Pakaras, del curry, de ese pan de pita to mortadela y del resto de manjares que cubrieron la mesa... salvo la paella, porque aquello era paella aunque le pusieran otro nombre...



Yo me fui a clase, Warmy a sus cosas y Juanma y Álvaro fueron al Thyssen y luego se encontraron con nuestra archienemiga: la lluvia, que iba a truncar sus planes... ¿o no?

- Está lloviendo... ¿volvemos a casa?
- ¡Cacai de la china! ¡Vamos al Retiro!

Y con dos pelotas y sin luces, los malagueños se metieron en tan magno parque francés y hasta el cuello de agua, lo que no les impidió juguetear en los cacharritos con todas las partes de su cuerpo.

Íbamos a ir los tres al Templo de Debod (¡mierda, se nos quedó en el aire al final XD!) pero ¿para qué ir a Debod pudiendo ir a colonizar Catán? Y es que otra cosa no (dormir, por ejemplo) pero jugar a Catán... jugamos. Cada noche, después de cenar, nos metíamos por el cuerpo una partidita a este descubrimiento de juego. Cada uno lo hacía con la estrategia que podía, con estilo, pero siempre con ovejas de por medio, que cogieron mucho carisma. Hoy tengo un mono tremendo después de tantas partidas trasnochantes...

Y es que tanto trasnoche iba haciendo mella en nosotros... esa mañana Álvaro y Juanma fueron al Reina Sofía a gozar del arte contemporáneo. Yo llegué más tarde y gocé también mientras Álvaro se fue a Chinchón a comer cosas raras... le sacamos partido a muchas obras (aquí no me atrevo con autores) con elucubraciones y supuestos sobre ellas y después, para reponer fuerzas...

Fuimos a la Plaza Mayor, a degustar el famoso bocata de calamares para después disfrutar un poco de Madrid, ver cosas curiosísimas hasta que por la tarde, con el reencuentro con Álvaro, decidiéramos volver a casa para ver el Chiki Chiki (estuvo tope chope) y luego, un Catán... y venga, más carencia de sueño...

El madrugón siguiente quedó justificado por tener un apasionante encuentro con la ciencia en el Cosmocaixa (con un viaje entretenido) que nos llevó a aguantar hasta eso de las cinco de la tarde... muchos juegos científicos que se expresan mejor por fotos y algún que otro video (bah). La verdad es que queríamos ir a una exposición en concreto que tenía un nombre mu bestia, pero al final fue que no...


A eso de las 18.00 almorzamos en el ya clásico Chino Underground (sí, a las 18.00), vimos por encima la tienda china (a la que volveríamos al día siguiente para surtirnos) y volvimos a casa exhaustos junto con una bolsa de patatas escarchadas, el dolor de espalda de Juanma y un agotamiento colectivo que no nos impidió... correcto, volver a jugar a Catán XD

A la mañana siguiente comprendimos que había que dormir un poco más y así repusimos fuerzas. Nos hicimos unos vikingos, sandwiches, nos cogimos el metro y estuvimos almorzando en el Campo del Moro, que les gustó mucho más a nuestros invitados que El Retiro (este es un parque inglés) donde, entre otras cosas, vimos una planta de movimiento perpetuo (PMP).


Vuelta a casa, maleta, bolsas de comida china, palabrejas raras, fotos, recuerdos, mucho arte y mucha ciencia... todo eso es lo que se llevaron a Málaga este par de dos y éste es el documento que intenta hacer justicia a tan aprovechadísimos y disfrutados días, a modo de panorámica...



martes, 20 de mayo de 2008

Escaleras y cuestas

Era un viernes 25 de Abril y yo apenas acababa de volver de Oviedo cuando me percaté: "¡Anda, si hoy vienen Auxi y Nacho!" Por fin la parejita apareció por Madrid, tal y como habían prometido un par de semanas atrás, cuando Auxi vino con Lupe, Maribel y compañía.

Besos y abrazos pulularon en nuestro encuentro, en la misma puerta de mi curso, donde me recogieron, desde el cual iríamos a cenar a casa... "y poco más" tenía yo pensado... Pero no: habíamos acordado ir esa noche al teatro y se me había pasado. "¡No importa! No dormí nada en dos días y mañana tengo que madrugar ¡pero con dos pares!"

Auxi y Nacho tuvieron su primer contacto con las infinitas escaleras mecánicas del metro (para Nacho mucho más infinitas jajaja) y el asqueroso sistema de ventilación, hasta que llegamos a la función: un monólogo de una hora y media de Agustín Jiménez. Las sillas fueron un poquito incómodas, pero la pechá de reir que nos dimos lo compensó con creces y es que este hombre tocó todos los temas: súper héroes (y lo que hacía Robin por la noche con un antifaz y un señor mayor vestido de cuero), partes innecesarias del cuerpo, la chulería de la gente de Madriz, el macho ibérico... sin parar, una detrás de otra jajaja.

Y al salir ¿para qué terminar la noche tan pronto? Si sólo eran las 00.30 o las 1.00... Así que nos fuimos por Sol a buscar La Casa del Abuelo para echarnos unos chatos de vino dulce, que ya tenía yo ganas de llevar a alguien allí. Nos metieron un sablazo tremendo por seis croquetitas de gambas y tres chatos, pero eso que nos llevamos en el cuerpo. Y ahora sí, retirada momentánea, que al día siguiente había más (¡y mejor!).

Mientras yo estaba en clase la parejita estuvo en el Retiro en uno de los días más soleados y buenos que ha habido aquí desde que llegamos. De hecho hacía una calor espantosa, que invitó a que Auxi y Nacho se nos adelantaran al alquilar una barca de remos del estanque del Retiro. Unos 4 euros por barca (no por persona) por una hora de travesía. Barcas y muchas fotos ¡madre mía, qué reportaje! Si no hay 30 fotos de ese rato no hay ninguna jajaja. Yo os dejo aquí con una selección de lo más "Springfield" XD:


A eso de las 14.00 quedamos en la Puerta de Alcalá y cogimos nuestro Paseo del Prado buscando el sitio donde queríamos almorzar, pasando por Cibeles, el Prado, el Thyssen, etc. Total, que llegamos al restaurante cubano que ya nos conocíamos. Fue to extraño, porque Nacho y Auxi se pidieron un arroz a la cubana (¡qué original! XDDD) y cuando vino el camarero (borde estúpido XD) a servir les trajo arroz con frijoles, por la cara. Le dijimos que no, que se había confundido, pero él insistía en que el error lo habíamos cometido nosotros (WTF???). Al final nos sirvió, pero después nos la tuvo jurada, porque no me puso cuchara, ni nos puso agua, ni pan el cabrón. Comimos mu bien, pero el camarero no sé portó...

¡No importa! El agua la compramos en un chino, que nos quedaba mucha tarde por delante y muchas cosas que ver. Empezamos así nuestra "ruta guiri" de Madrid: El Oso y el Madroño, el kilómetro 0, el Arenal, Ópera, el Palacio Real, los jardines de Sabatini, la Almudena... Ocurrió una cosa curiosa (al menos para mí) y es que hacía tanto calor que Madrid entera salió a la calle, a los parques a disfrutar del sol y de la frescura de los estanques. Por cualquier sitio se veían personas con los pies en remojo y medio en cueros tomando el sol.


Nos recogimos pronto y en casa estuvimos buscando locales que esa noche tuvieran música en directo. Cenamos, nos duchamos, medio vestimos... y en esto nos encontramos a Nacho repancingado en el sofá... se negaba a moverse XDDD Así que nos quedamos en casita, vimos un trozo de "Ovejas Asesinas" y después "La torre de Suso". Nacho y yo la disfrutamos, pero Auxi se quedó frita... "¿Auxi, te ha gustado?" "Sí - dijo dormida - seguro que han construido la torre" jajaja.


Las pullas despectivas entre Auxi y Nacho no tienen desperdicio XDDD

A la mañana siguiente (TARDE siguiente XD) la pareja colocó su ficha del puzzle y continuamos con el "Tour guiri". Las escaleras del metro eran cada vez más largas, más cansinas, y hacía más calor, menos aire... y Nacho tenía menos ganas de afrontarlas jajajaja.

Pues fuimos a la Plaza de España a hacernos una foto con el culo de Rocinante (como dictan los cánones) y nos fuimos hasta el Templo de Debod, haciendo fotillos por el camino...




Pero iba apretando la calor y el cansancio y nos fuimos a sentar en los jardines del Palacio Real. Allí charloteamos un rato sobre el futuro (y nosotros en él), donde me enteré que Nacho se quiere ir a Granada a estudiar el año que viene y que Auxi pretende cambiar de trabajo prontamente. Cosas de las que se entera uno... Después un heladito y pa casa, que en breve se tenía que ir la pareja a coger el tren...



Un finde mu agradable y muy divertido, donde pude disfrutar (eso es disfrutar) de los pullazos indiscriminados entre Auxi y Nacho, la fatiga perpetua de Nacho y muchas más cosas. Para que lo repitáis cuando queráis, pareja ¡Un abrazo!

martes, 13 de mayo de 2008

La leyenda del Samurai de Pelo Rizado

Voy a contaros una historia que quizás es falsa, que quizás mis oídos cincelaron a ciegas o que la boca de quien me la enseñó compuso una melodía inaudible sobre ella. Una historia que sea cierta o mágica ocurrió, muy cerca de donde nosotros nos encontramos ahora y se convirtió en leyenda: la historia del Samurai Kami no Chieisen. (Pedro, Juanmi ¿me ayudáis a completarla?)

Se tachaba en las paredes el día 17 de Abril. El día adolecía de sol y mientras por la calle cientos de hijos de la tierra gritaban por un sueño, Diego-san, espada también conocida como Diego, se dispuso a dar la bienvenida al Samurai, al que afectuosamente llamaba Pedro.

- ¡Diego, aquí hay más trenes que en una guerra de trenes! - dijo Pedro en un SMS
- Quedamos en el estanque de las tortugas...
- Quedamos cerca de la puerta...
- Quédate donde estás...
- Quedamos en el metro Atocha...
- Mira, casi mejor en el Ministerio de Agricultura...
- Ahhh, ¿hay un ángel oscuro en el tejado?

Tras casi una hora, los dos valientes hombres consiguieron derrotar a su destino y encontrarse, pues la estación fue como un laberinto para sus atormentadas almas. El abrazo que se dieron significaba mucho más que un reencuentro: fue un éxito, la excelencia de sus actos sobre el fracaso. Aquella noche, después de que la cena quedara huérfana de los exquisitos alimentos que la condecoraban, Pedro y Diego compartieron una cercana conversación, divertida y sincera cuanto menos entre las paredes de aquel humilde tatami hasta altas horas de la madrugada.

El viernes ameneció por la mañana (claro). Los dos samurais fueron acompañados por el infatigable escolta Tanaka (también conocido como Juanmi) hasta el barrio que, de situarse en Japón, sin duda se llamaría Akihabara, pero aquí nos conformaremos con llamarle "Calle de la Luna y de La Estrella". La sorpresa de Pedro fue máxime al descubrir la gran cantidad de tiendas y de productos que aquellos comercios encerraban: grandes, pequeños, humildes, ostentosos, dispares, polémicos... había para todos los gustos, incluso para los pésimos gustos...

En un momento, Pedro sintió pavor pues vio a su compañero Juanmi convertido en un Gachapón gigante... suerte que tenía a mano unas dependencias donde tañir sus pinceles mágicos (un bazar chino, vaya) y deshacer así el hechizo de Okami... Para celebrar que el grupo se había vuelvo a unir, Pedro adquirió un manga de un comerciante, que lo trajo de lejanas tierras. Su cara era el rostro mismo de la seguridad y convicción con su compra. Tal fue la convicción que decidieron llenar sus estómagos con sabrosísimos alimentos underground, para después reposar junto a una vistosa y refrescante fuente (en la que Diego compuso una nueva imagen arquitectónica) y empaparse del misticismo de la estatua de Don Quijote, otro hidalgo como él.


El Matadero. Es el lugar donde Juanmi y Pedro partieron tras dejar a Diego en su Dojo particular. A partir de aquí la leyenda se torna confusa... El Matadero, antiguo altar de sacrificios, se convertía en estos días en un sofisticado centro cultural donde los más aventajados artistas demostraban sus creaciones más punteras, sin embargo, en el ambiente aún olía a sangre, las paredes aún gritaban y del techo brotaban lágrimas vacunas y bovinas que aún mugían pese a encontrarse ya sus almas en el otro lado...


Tras vencer a los espíritus (WTF???) tomaron víveres de un comerciante nómada, entraron en contacto con los monumentos de la ciudad y pudieron observar detenidamente los instrumentos de los bardos y bardesas que amenizaban los días grises de las personas grises de esta ciudad gris. Al llegar a casa, un delicioso wok y el mejor licor de canela les esperarían y otra profunda manifestación de catarsis preonírica hasta bien arrugada la noche.

El sábado, contra todo pronóstico, amaneció tras la noche. Juanmi y Pedro, ansiosos de potencia, acudieron a la Caixa Forum, un sofisticado pelotón de cemento de diseño espectacular y polinización perfecta...


...pero en su interior sólo les esperaba un chasco, algún cuadro de un ángel y, eso sí, el mejor y más cultureta merchandising que jamás habían contemplado: peluches de El Grito, de Platón, Shakespeare, etc... en un alarde de ociosidad hacia las artes y las ciencias. ¡Y más monos que eran!


Pero el día acababa de empezar. Eran muchos los pasos que darían hasta que el sol cayera y los tres, de nuevo reunidos, decidieron reponer fuerzas en un sencillo apeadero entre Gran Vía y Chueca. Allí rompieron sidra en sus gargantas sin tacto y absorbieron nutrientes diversos para saciar a sus caprichosas células mientras juegos de ingenio e ingeniosos juegos de palabras alimentaban (o no) sus celebros. Después acabaron en el metro, donde el pánico cundió por unos instantes...




...pero pensaron en sus propias conciencias (aghgh) y llegaron a su destino ¡la pista de patinaje! Durante casi una hora Diego y Juanmi perfeccionaron su estilo mientras Pedro, que hacía años que no separaba los pies del suelo con tanta gracia, los dejaba boquidifusos y patiabiertos, pero sobre todo helados y divertidos por tan emocionante experiencia. Pero aún quedaba algo por hacer esa noche...




Sin prisa, pero con una bulla tremenda, los tres tenores (y Pedro, Juanmi y Diego) se arreglaron, acicalaron, perseveraron y acudieron a un espectáculo de jazz en un garito a tope de pavos con un rollo cool que te rayas. El grupo de carcas (nada que ver con Los Hobbies) tocaron varios clásicos como ... y ... Llegó un punto en que la música era lo que menos importaba y en la que los tres amigos desenvainaron sus mentes y hablaron mucho: de Verbum Dei (por supuesto), de las secuelas del Corto de Manga, de crear, de inventar, de desvariar... Yo, personalmente me lo pasé de brevas en este concierto al que no escuché a penas XD.

Y llegó el domingo, el día en que la semana se acobarda ante el paso del tiempo y decide llegar al ocaso. Pudimos saborear un potente Okonomiyaki a la Ghaneroth mientras el Chthulu nos hacía el pamplina, tras lo cual Pedro pudo colocar su ficha del puzzle (saboreando un Rodilla) y hacer un poco el Leela y el Gantz (lila y ganso jujuju) para la foto oficial (¡falso! ¡esto ocurrió en otro momento!)

La leyenda desaparece a partir de aquí... atrás quedan imborrables recuerdos, intachables vivencias y, sobre todo, unos días con una compañía difícilmente comparable.

Yo, Pedro, poco más puedo decir, porque como sabes no pude pasar con vos todo el tiempo que me habría gustado porque entre unas cosas y otras estuve más liado que las ladillas de un cavernícola, pero ya sabes que tienes las puertas abiertas para un segundo round ¡Un abrazo y disculpa por la tardanza del post!