Gozar: Tener gusto, complacencia y alegría de algo
- Nieto, yo fui quien estornudó sobre Las Meninas.
- Anda abuelo, tú rayas.
A partir de aquí comenzó el desbarajuste. Sólo unas horas antes Álvaro y Juanma aterrizaban en la T2 con sus maletas Paeki pero sin un bote de desodorante que fue destruido (literalmente) en Málaga. Entonces unas tapas: patatas bravas, patatas matutano, patatas con alioli y chetos pelotazo (patatas)... Una introductoria cena que condujo a una solitaria e improvisada cena en casa donde, con la tontería, nos pusimos como el Quico. ¿El postre? La colocación de la pieza de puzzle de Juanma (Álvaro vino huérfano) que nuestros invitados gozaron hasta el éxtasis.
- ¿Cómo hablarán los jóvenes en el futuro? [...]
- No veas cómo mola... ¡está to mortadela!
- ¡Un futuro dominado por la industria charcutera! ¡Tope Chope!
- ¿Te imaginas a todos los niñatos diciendo eso? ¿To los trencas diciendo tope chope?
- Jajaja, yendo por ahí haciendo el Drácula...
Pues aquel par de trencas (tres en realidad) le dieron una patada a la RAE esa noche, inventando nuevos términos para una jerga no muy distante en el futuro... y así, con las camas muy juntitas y con mucho amor se rindieron en los brazos de Hypnos, del que se verían privados las noches venideras...
El primer madrugón no provocó heridas graves. Si acaso unas legañas que no dejaron de ser frotadas durante toda la mañana en el Museo del Prado donde volvimos a gozar ahora con la luz de Rembrandt, el brillo de Rubens, el genio de Velázquez, la oscuridad de Goya, el desatino de El Bosco, el colorido El Greco, los paisajes de Claudio de Lorena,... una nueva forma de enfocar el Prado del que salimos muy satisfechos por la intensa velada, pero con mucha hambre...
Y fue en el restaurante hindú donde, ya de nuevo con Warmy (que estaba "en sus trapicheos") degustamos otro tipo de arte. Una orgiástica revolución gustativa por los exóticos sabores de los Pakaras, del curry, de ese pan de pita to mortadela y del resto de manjares que cubrieron la mesa... salvo la paella, porque aquello era paella aunque le pusieran otro nombre...
Yo me fui a clase, Warmy a sus cosas y Juanma y Álvaro fueron al Thyssen y luego se encontraron con nuestra archienemiga: la lluvia, que iba a truncar sus planes... ¿o no?
- Está lloviendo... ¿volvemos a casa?
- ¡Cacai de la china! ¡Vamos al Retiro!
Y con dos pelotas y sin luces, los malagueños se metieron en tan magno parque francés y hasta el cuello de agua, lo que no les impidió juguetear en los cacharritos con todas las partes de su cuerpo.
Íbamos a ir los tres al Templo de Debod (¡mierda, se nos quedó en el aire al final XD!) pero ¿para qué ir a Debod pudiendo ir a colonizar Catán? Y es que otra cosa no (dormir, por ejemplo) pero jugar a Catán... jugamos. Cada noche, después de cenar, nos metíamos por el cuerpo una partidita a este descubrimiento de juego. Cada uno lo hacía con la estrategia que podía, con estilo, pero siempre con ovejas de por medio, que cogieron mucho carisma. Hoy tengo un mono tremendo después de tantas partidas trasnochantes...
Y es que tanto trasnoche iba haciendo mella en nosotros... esa mañana Álvaro y Juanma fueron al Reina Sofía a gozar del arte contemporáneo. Yo llegué más tarde y gocé también mientras Álvaro se fue a Chinchón a comer cosas raras... le sacamos partido a muchas obras (aquí no me atrevo con autores) con elucubraciones y supuestos sobre ellas y después, para reponer fuerzas...
Fuimos a la Plaza Mayor, a degustar el famoso bocata de calamares para después disfrutar un poco de Madrid, ver cosas curiosísimas hasta que por la tarde, con el reencuentro con Álvaro, decidiéramos volver a casa para ver el Chiki Chiki (estuvo tope chope) y luego, un Catán... y venga, más carencia de sueño...
El madrugón siguiente quedó justificado por tener un apasionante encuentro con la ciencia en el Cosmocaixa (con un viaje entretenido) que nos llevó a aguantar hasta eso de las cinco de la tarde... muchos juegos científicos que se expresan mejor por fotos y algún que otro video (bah). La verdad es que queríamos ir a una exposición en concreto que tenía un nombre mu bestia, pero al final fue que no...
A eso de las 18.00 almorzamos en el ya clásico Chino Underground (sí, a las 18.00), vimos por encima la tienda china (a la que volveríamos al día siguiente para surtirnos) y volvimos a casa exhaustos junto con una bolsa de patatas escarchadas, el dolor de espalda de Juanma y un agotamiento colectivo que no nos impidió... correcto, volver a jugar a Catán XD
A la mañana siguiente comprendimos que había que dormir un poco más y así repusimos fuerzas. Nos hicimos unos vikingos, sandwiches, nos cogimos el metro y estuvimos almorzando en el Campo del Moro, que les gustó mucho más a nuestros invitados que El Retiro (este es un parque inglés) donde, entre otras cosas, vimos una planta de movimiento perpetuo (PMP).
Vuelta a casa, maleta, bolsas de comida china, palabrejas raras, fotos, recuerdos, mucho arte y mucha ciencia... todo eso es lo que se llevaron a Málaga este par de dos y éste es el documento que intenta hacer justicia a tan aprovechadísimos y disfrutados días, a modo de panorámica...